Por tanto, la educación
del “caballero” homérico no era en modo alguno sencilla. Comprendía deportes y
ejercicios caballerescos como caza, equitación, lanzamiento de la jabalina, lucha,
etc., y ciertas actividades artísticas como el canto y el tañimiento de la
lira.
Quirón al parecer enseñó a
Aquiles incluso elementos de cirugía y farmacia, pero probablemente se trata de
un reflejo de ideas orientales, más bien que de una representación efectiva de
la praxis griega.
Por el contrario, la
descripción homérica de la educación que el mismo Aquiles recibió de su otro
maestro, Fénix, es digna de la más atenta consideración.
Adviértase en primer
término que Fénix, noble exiliado que había buscado refugio en Ftía, en la corte
de Peleo, es acogido y estimado en ésta al punto que se le concede casi como un
feudo la región de los dólopes. Posteriormente le fue confiada la educación de
Aquiles, aún en tierna edad, se ocupa personalmente incluso de su alimentación
y le toma afecto como si se tratara de su propio hijo. La educación de Aquiles
se completa por obra de Fénix en el campo, durante los primeros años de la
guerra de Troya, y tiende esencialmente a volverlo
maestro “del arte de la
acerba guerra” y “del ágora donde los varones se hacen ilustres”.
Fénix tiene pues tal
conciencia de su papel y de su importancia que exclama de repente volviéndose a
Aquiles: “Y te crie hasta hacerte cual eres”.
Pero continuemos con el
discurso de Fénix. Presupone una ética del honor que es obviamente la ética de
toda sociedad de guerreros.
Así pues, la ética del
honor va acompañada por una ética de la cordura y de la mesura y se
advierte incluso
vislumbres de una ética de la comprensión y la misericordia.
Sin embargo, es dudoso que
este último elemento haya formado verdaderamente parte de la
educación guerrera que
aquí nos ocupa: se trata más bien de un elemento propio del espíritu del poeta.
En Homero, educador de Grecia, este elemento se debe poner en justa evidencia, por más que no haya sido el que tuvo mayor influencia. Probablemente no podría entrar en el cuadro de la educación de un guerrero en los albores de la edad arcaica, cuando el sentido del honor y el amor por la gloria son los verdaderos valores absolutos, el único desafío posible a la muerte, más allá de la cual aparece tan exangüe e inútil la supervivencia en el Hades.
En Homero, educador de Grecia, este elemento se debe poner en justa evidencia, por más que no haya sido el que tuvo mayor influencia. Probablemente no podría entrar en el cuadro de la educación de un guerrero en los albores de la edad arcaica, cuando el sentido del honor y el amor por la gloria son los verdaderos valores absolutos, el único desafío posible a la muerte, más allá de la cual aparece tan exangüe e inútil la supervivencia en el Hades.
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